Alguna vez has recibido opiniones que han lastimado tu corazón? Como por ejemplo: Deberías comer mejor estás demasiado gorda.
Clásico cierto?
Que mucho le gusta opinar a la gente ah! Y a nosotras las mujeres ni se diga.
Creo que a mi me han criticado en todas las formas posibles. Y algunos de los flamantes comentaristas fueron familiares, amigos, conocidos y hasta hermanitas(os) de la iglesia.
Por que como sabrán hay de todo en la viña del Señor
Te encantará leer la publicación de La Mujer y el Séptimo Encuentro, oprime aquí.
Cada día me expongo a opiniones acerca de lo que soy o debería ser. Y con la gran aparición de las redes sociales, los opiniólogos (no estoy segura que sea una palabra real.
Pero atina muy bien para la situación jajajajaja) expandieron sus horizontes.
Y ahora te pueden enviar sus incontenibles análisis acerca de tu vida 24/7.

Cuídate de no ser tú quién lastima a los que te rodean con tus opiniones tóxicas. Si no edifica mejor no lo digas…
Vivimos en la era donde todos quieren definirte como ser humano, poner valor a tu persona y dictar los pasos que debes seguir.
Diariamente alguien hará una aportación a tu vida.
Resulta inevitable no exponerse a personas que sin disimularlo son totalmente tóxicas. Incluso bajo la excusa de que no lo hacen con mala intención.
Ahhh hasta escribir acerca de estos seres humanos es agotador, imagina tener que lidiar con ellos todos los días.
La realidad es que en su momento, la opinión pública afectaba mucho la forma en que yo vivía. Buscaba desesperadamente ajustarme a los deseos de los que me rodeaban.
Para complacer al mayor número posible de personas.
Esperaba ser aprobada, sus comentarios “positivos” (según ellos) alimentaban mi autoestima por un corto periodo de tiempo.
Creando adicción a la aprobación pública.

Rodearte de personas tóxicas, transformará tu persona en un reflejo de lo que ellos son. Es tiempo de alejarte y buscar ayuda.
Hoy luego de tener una relación sólida, cercana y en constante crecimiento con mi Señor Jesús. Reconozco mi identidad en Él y tengo la capacidad de formar mi carácter en reflejo del suyo.
Este tipo de comentarios siguen formando parte de mi diario vivir. Pero solo producen en mi, el inmenso deseo de evidenciar la misericordia que todos los días me concede mi Padre celestial.
La próxima vez que dudes quién eres en Dios, por causa de opiniones tóxicas y mal intencionadas de otras personas.
Repite estas palabras:
Soy hija de Dios!
Soy propiedad del Señor!
Todas las cosas me ayudarán para bien!
Cristo me fortalece!
Soy de gran estima para Dios!
4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. Isaías 43:4
Eres grandiosa!!! Fuiste creada por un Dios perfecto que te ama con un amor que la tierra nunca entenderá del todo. Aún desde el vientre de tu madre ya estabas en sus pensamientos.
Y sus planes para tu vida fueron de bien y no de mal.
La opinión pública siempre formará parte de tu vida. Pero recuerda todos los días, que solo tienes que agradar al Dios de los cielos.
Enfocarte en esta gran verdad, proveerá la sanidad que tu corazón y mente necesitan.
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